La gastronomía peruana es reconocida mundialmente por su diversidad, sabor y exquisitez. Con influencias que van desde las antiguas civilizaciones preincaicas hasta la cocina europea, africana y asiática, la cocina peruana es un festín para los sentidos que refleja la rica historia y geografía del país.

Uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía peruana es el ceviche, un delicioso plato de pescado marinado en jugo de limón con cebolla roja, ají y cilantro. Fresco y sabroso, el ceviche es un verdadero manjar que se disfruta en toda la costa peruana.

Otro plato destacado es el ají de gallina, un guiso cremoso de pollo desmenuzado con ají amarillo, leche, pan y nueces. Su sabor suave y picante lo convierte en un plato reconfortante y lleno de sabor que se sirve con arroz y papas.

La causa limeña es otro plato emblemático, hecho con una mezcla de puré de papas, limón y ají amarillo, relleno con atún, pollo, mariscos o vegetales. Decorado con huevo duro, aceitunas y ají, este plato es una explosión de colores y sabores.

Además de su deliciosa comida, Perú es conocido por sus fascinantes curiosidades. Por ejemplo, el país alberga el cañón del Colca, uno de los cañones más profundos del mundo y hogar del majestuoso cóndor andino. Observar el esplendoroso vuelo de estas aves gigantes es una experiencia única que atrae a visitantes de todo el mundo.

Otra curiosidad es la ciudad perdida de Machu Picchu, una maravilla arqueológica ubicada en lo alto de los Andes. Esta antigua ciudad inca, construida en el siglo XV, es un testimonio impresionante del ingenio y la habilidad de esta civilización antigua, y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En el vasto desierto de Nazca, en la costa sur de Perú, se despliega un enigma arqueológico fascinante: las misteriosas Líneas de Nazca. Estos enormes geoglifos, que datan de entre el 500 a.C. y el 500 d.C., son figuras geométricas y zoomorfas trazadas en la tierra, visibles solo desde el aire. A lo largo de los años, estas figuras han desconcertado a los arqueólogos y científicos, generando teorías sobre su propósito y origen.

En el lago Titicaca, compartido por Perú y Bolivia, se encuentran las Islas Flotantes de los Uros, un conjunto único de islas artificiales construidas con totora, una planta acuática que crece en el lago. Estas islas son el hogar de la comunidad indígena Uro, que ha preservado su estilo de vida tradicional durante siglos, dependiendo de la pesca y el turismo para subsistir.